Genís Pascual: «Las entidades vecinales deben ser antisistema»

Dirigente rebelde Con 31 años ejerce la presidencia de una asociación de vecinos, un rol donde apenas había relevo generacional. Pide a las entidades que sean más inconformistas.
DAVID PLACER
BARCELONA 

Su abuelo fundó la asociación de vecinos de Sant Andreu de Palomar y fue su primer presidente. Estos días, en los que la entidad cumple 40 años, Genís Pascual (Barcelona, 1979), su actual presidente, ha llegado a la conclusión de que las reivindicaciones vecinales siguen siendo las mismas que en aquella época. Inconformista y con inquietudes sociales, cree que lo peor que le puede pasar a una asociación de vecinos es ser un apéndice del ayuntamiento.

—Debe ser el presidente más joven de una asociación de vecinos en Barcelona

—Creo que sí lo era cuando comencé hace casi cinco años. Tenía 27 años pero ahora ya no lo soy. Hay mucha gente joven que ha comenzado a trabajar con las entidades.

—¿Qué motiva a un joven a incorporarse en el movimiento vecinal, dominado por jubilados?

—Hace 10 años comencé a involucrarme con varios movimientos. Cuando un grupo de inmigrantes ocupó los cuarteles de Sant Andreu para exigir papeles, hice una exposición fotográfica para poner nombre a esa gente y contar su historia. También participaba en las fiestas alternativas, en un bar independentista y en Correllengua, un movimiento para promover la lengua catalana.

—¿Buscaba ser presidente o fueron las circunstancias?

—Mi abuelo fue el primer socio fundador y también el primer presidente de la asociación, con lo cual ya tenía antecedentes familiares. Los que estaban antes me dijeron que, a pesar de que yo había mostrado puntos de vista diferentes a los que tenía la asociación, creían que podía hacer un buen trabajo. Y también está claro que ya querían retirarse.

—¿Qué ha cambiado desde la presidencia de su abuelo, hace 40 años, hasta ahora?

—La diferencia básica es que él comenzó en tiempos del franquismo, en 1971 y había gente de partidos y sindicatos que ingresaban en la asociación para canalizar sus reivindicaciones políticas y laborales. Ahora, ese tipo de lucha ya se puede hacer desde otros ámbitos y nosotros nos hemos quedado con los temas más locales.

—¿Cuáles son ahora sus luchas principales?

—Trabajamos por la conservación del casco antiguo de Sant Andreu porque hay afectaciones urbanísticas del año 1975 que pretendían derribar casas antiguas para hacer calles más anchas y edificios más altos. Se aprobará una modificación de ese plan en breve y podemos romper nuestra participación porque no estamos de acuerdo con lo que están a punto de aprobar. También exigimos prioridad para el peatón en las obras de la estación de La Sagrera y equipamientos públicos en los antiguos cuarteles.

—Es decir, que no son una asociación que bendiga todo lo que hace el ayuntamiento

—Yo creo que las asociaciones de vecinos deberían ser antisistema por definición. Es su obligación anteponer la defensa de los intereses de los vecinos y la participación local por delante de los intereses del ayuntamiento o de los grandes privilegiados.

—¿Cree que muchas asociaciones trabajan más por el interés del gobierno local que por el de los vecinos?

—Yo creo que la mayoría no. Hay muchas asociaciones reivindicativas y luchadoras en Barcelona, aunque sí hay algunas que pueden haber caído en eso, pero no debería ser así.

—¿Cuál es la acción más antisistema que ha hecho la asociación?

—La ocupación vecinal de Can Guardiola, un edificio modernista donde se pretendían hacer pisos, y se logró que se destinara a un equipamiento para el barrio. Y al hacer movilizaciones en los cuarteles contra los grandes intereses inmobiliarios también somos antisistema.

—¿Cuál ha sido el mayor éxito de la asociación en sus 40 años?

—Recuperar la rambla después de que se construyera una vía rápida. En ese momento hubo una movilización masiva en el barrio que ahora sería muy difícil repetir porque cuesta más movilizar a la gente.

—¿Ha cambiado la forma de lucha?

—Antes era muy importante la pancarta y la manifestación. Hoy también, pero puede hacer más daño en un momento dado una declaración en la prensa.

El Periodico.com
18-11-2011

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