Los vecinos de Navas salvan la plaza de la Guineu en los juzgados

El juez da la razón a los residentes y anula el plan de mejora que suprimía el espacio
El solar fue cedido a una empresa tras una permuta por un terreno en Fabra i Coats

Helena López

Una fuente, ocho pequeños bancos de madera -en realidad sillas, por aquello del urbanismo preventivo- y una docena de árboles de lo más frondoso, de los que escasean en la metrópoli, llevan más de dos años cautivos tras dos muros de cemento que impiden el acceso a la ahora forzosamente desierta plaza de la Guineu, espacio consolidado como plaza de uso vecinal en el barrio de Navas desde hace más de 25 años y que el ayuntamiento cedió en el 2007 a una empresa privada para construir pisos tras una permuta por unos terrenos en Fabra i Coats. Después de una intensa y costosa lucha vecinal, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ha dado la razón a los vecinos, anulando el planeamiento urbanístico que acababa con la plaza, que considera «arbitrario».

«La victoria en los juzgados ha sido importante, pero nosotros lo que queremos es que nos devuelvan la plaza», insiste Maria Antònia Maeso, vecina de la finca de la calle de Biscaia, 372-378, cuya comunidad de propietarios ha sido la que ha presentado -y ganado- el contencioso administrativo contra el ayuntamiento.

Pero recuperar la plaza no es tan sencillo. Pese a que la sentencia anula el planeamiento -que pretendía construir en la plaza tres edificios de gran altura-, el terreno sigue siendo edificable y de propiedad privada, y, por el momento, la plaza sigue cerrada por dos muros salpicados con pequeñas manos de colores estampadas por los niños del barrio durante una de las jornadas reivindicativas organizados durante estos años para recuperar el espacio y tras una puerta siempre cerrada con un revelador Especuladors fora del barri.«Desde el primer momento pedimos que, mientras se resolvía el contencioso, como mínimo abrieran la plaza, que es el paso natural hacia la Meridiana y el metro, pero siempre nos lo negaron», apunta Joan Bargalló, otro de los residentes.

 Y aunque el deseo de los vecinos

-que denuncian también que en ningún caso fueron informados de la venta de la plaza, y que se enteraron cuando vieron que movían la salida del metro hacia la Meridiana- sea recuperar toda la plaza, son conscientes de que esa batalla está perdida y negocian ahora con todos los grupos municipales qué construir en la zona, siempre dejando un trozo de plaza libre y una zona de paso.

La concejala de Sant Andreu y de Urbanismo, Gemma Mumbrú, considera que la sentencia -que anula el planeamiento aprobado por considerar que esta no era la herramienta adecuada para modificar la volumetría sino que tendría que haberse tramitado mediante una modificación del PGM- es «una buena oportunidad para todos». «Todo el solar es de nuevo edificable y eso da viabilidad a una nueva fórmula de acuerdo con la actual propiedad que mantiene inalterables sus derechos edificatorios sobre el solar», advierte.

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