Rigol dice en su adiós que la Sagrada Família estará acabada en el 2028

Impulso a vender entradas por internet para evitar aglomeraciones y colas dentro y fuera del edificio
El templo aumenta el 42% las visitas hasta agosto y prevé cerrar el año con el récord de 3,2 millones
Avance de un templo gigantesco
Ramon Comorera

La Sagrada Família vuelve a batir récords. La recuperación de los visitantes perdidos en los últimos tres años por la crisis y el despegue que supuso a finales del 2010 el cubrimiento de la espectacular nave central y la visita del Papa se resume de enero a agosto en un espectacular aumento del 42% de entradas. El tirón del turismo en Barcelona en los últimos meses casi se ha triplicado en el templo modernista que iniciara Antoni Gaudí. A este paso, el 2011 se cerrará con 3,2 millones, la mayor cifra de la historia y 900.000 más que en el 2010, según explicó ayer el presidente delegado del patronato, Joan Rigol, poco antes de anunciar que a final de mes dejará el cargo que ocupa desde el 2004. En este contexto de éxitos y «objetivos cumplidos», Rigol se lanzó incluso a poner fecha final a unas obras larguísimas y polémicas que han entrado en el año 130 desde su inicio: entre el 2026 y el 2028, es decir en un plazo de 15 a 17 años.

Obras en la base de la torre central de la Sagrada Família, a 85 metros, ayer. ALBERT BERTRAN

Obras en la base de la torre central de la Sagrada Família, a 85 metros, ayer. ALBERT BERTRAN

Obras en la base de la torre central de la Sagrada Família, a 85 metros, ayer. ALBERT BERTRAN  

La eclosión turística implica que se disparen también los recursos. El déficit registrado en años anteriores (ayer no cuantificado y que se cubrió con «reservas») desaparecerá en el presente ejercicio en el que se prevén 31,3 millones de ingresos, la gran mayoría por venta de entradas, y 31,1 de gastos. Si estos costes se mantuvieran en los 17 años que quedan de obras, la inversión realizada sería de 530 millones. En el plazo del 2028, Rigol no incluye la parte con mayor afectación urbana: la entrada al templo por encima de la calle de Mallorca que obliga a derruir un edificio de viviendas situado enfrente.Con el apoyo económico del turismo que desde los Juegos Olímpicos ha crecido casi cada año, las obras pueden avanzar a buen ritmo. Dentro de siete años, si no hay imprevistos, Rigol explicó que se habrá llegado a la altura máxima del templo, los 170 metros que tendrá la gran torre central dedicada a Jesucristo.

Este gigantesco pináculo coronado por una cruz de cuatro brazos con el interior visitable cambiará desde el 2018 el skyline o línea del horizonte de Barcelona, añadió.

Los trabajos en altura se centran ahora en construir sobre la cubierta del actual crucero la base de esta torre principal, así como también las bases de las cuatro de menor tamaño y dedicadas a los evangelistas que la rodearán. En el ábside se empieza a levantar, además, la torre de la Verge Maria, la segunda más elevada.

Rigol reveló que hace un tiempo pidió su relevo al cardenal y presidente del patronato de la Sagrada Família, Lluís Martínez Sistach, porque «se habían cumplido los hitos» fijados cuando llegó al cargo hace siete años. A saber: acabar el cierre por dentro de la nave central, crear una estructura y un equipo directivo eficaz para llevar el proyecto y abrir la catedral a la gente y a su uso religioso, cultural y humanístico. Su reciente designación por la Generalitat como presidente ejecutivo del patronato de la montaña de Montserrat dijo que también ha influido en la dimisión ya que tiene demasiado trabajo. A final de septiembre se prevé dar a conocer a la persona que lo sustitutirá.

TURISTAS Y AUTOCARES / Con el fuerte tirón de visitantes han aumentado aún más las aglomeraciones y las molestias en los alrededores del templo. Para reducir este impacto negativo, el director general de la Sagrada Família, Xavier Miralles, explicó que en los próximos meses se potenciará la venta de entradas por internet para distribuir durante todo el día a los visitantes que ahora se concentran muy especialmente por la mañana. El objetivo es que la venta directa en las taquillas de la calle de Sardenya no supere el 10%.

También se intentará reducir el número de autocares con pasajeros que no entran en el templo y que dan vueltas a su alrededor, para minimizar las molestias que causan a los vecinos y al tráfico.

El Períodico.com
21-09-2011

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