Ramón Tormo: “No es bueno dejar de tomar los alimentos que parece que nos van mal”

El especialista explica por qué es perjudicial dejar de beber leche de vaca, así como los riesgos de la soja o la avena 

Raquel Quelart

Comer es un placer, pero a veces ingerir determinados alimentos, aunque sean saludables, puede causar alergias o intolerancias en nuestro organismo. En ocasiones la sintomatología es clara, en otras no tanto, pero va haciendo mella en nuestra salud. El doctor Ramón Tormo es toda una autoridad en enfermedades del aparato digestivo y pediatría. Su currículo así lo demuestra: ha ejercido en hospitales de Suiza, Ginebra, París, Canadá y Barcelona, donde fue responsable durante 35 años de la Unidad de Gastroenterología Pediátrica y Nutrición. Cuando llegó la edad de jubilarse, dejó el cargo, pero no la vocación: continuó visitando a niños y adultos con afecciones a veces difíciles de diagnosticar.

¿Cuáles son las alergias e intolerancias alimenticias más comunes?
Las más frecuentes son las alergias e intolerancias a la leche de vaca y al gluten, que han aumentado mucho.

¿A qué es debido?
En el caso de los celíacos, parece que lo hemos hecho un poco mal aconsejando no dar gluten hasta los seis meses de vida, lo que habría propiciado una epidemia, por lo que ahora se aconseja empezar a ingerir gluten a los cinco meses, sobre todo si el niño toma leche materna.

¿Es malo tomar leche de adulto?
La leche es un alimento excelente, pero en un estudio demostré que el 14% de niños catalanes no soportan bien la lactosa, a lo que hay que sumar el 2% de la población infantil que es alérgica a la proteína de la leche de vaca. Mientras que el porcentaje de alérgicos o intolerantes a la lactosa puede subir al 34% en los adultos. El resto de la gente tendría que beber leche cada día, porque es el mejor vehículo para absorber el calcio, ya que tiene lactosa, que aumenta la biodisponibilidad de calcio.

¿Cuánta leche deberíamos de consumir al día?
Un niño, medio litro, con lo que tendría cubiertas el 60% de sus necesidades de calcio – el resto podría conseguirlo a través de otros alimentos-. La misma cantidad sería aconsejable también para un adulto.
 
¿Por qué es tan importante el calcio?
Porque para la formación de la masa ósea en edad infantil, que depende sobre todo del aporte de calcio, del ejercicio y de la vitamina D, es muy importante la cantidad de leche que se tome. El niño al nacer no tiene calcio en los huesos, y a medida que se va haciendo mayor, su masa ósea va aumentando hasta los 25 años. A partir de esta edad puede mantenerse estable hasta los 45 años, momento en que empieza a disminuir, a un ritmo del 12% cada diez años en las mujeres y un 8% en los varones. Si bebemos mucha leche y hacemos ejercicio, perderemos menos masa ósea.

¿Qué provoca perder masa ósea?
La osteoporosis. Si una persona ha bebido mucha leche y ha hecho ejercicio, podría empezar a tener osteoporosis a los 90 años; pero si el aporte de calcio ha sido deficiente, a los 50 años ya empezará a tener problemas. Además, se ha comprobado que el 9% de los niños que no injiere el calcio necesario, sufre fracturas espontáneas en la adolescencia.


Si todo el mundo tomara medio litro de leche al día, probablemente reduciríamos el riesgo de padecer osteoporosis en un 70%.

¿Y qué pasa con la gente que le sienta mal la leche?
Tiene que injerir productos que tengan leche, pero poca lactosa. Por ejemplo, la leche tiene unos 12 gramos de lactosa por 100 ml, pero el yogur y el queso, solo 2 gramos. Por lo tanto, al que no le siente bien la leche de vaca, mejor que tome un par de yogures al día y queso.

¿Por qué hay gente que es intolerante a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa se puede producir por causas genética: cuando nacemos, ya tenemos programado cuándo caerá nuestro nivel de lactasa, que es indispensable para tolerar bien la lactosa. Todo se remonta a la época primitiva.

Explíquese.
Cuando los humanos eran recolectores de alimentos y vivían de la caza, las mujeres solían darles el pecho a sus hijos hasta los tres años y, luego, el niño ya no bebía más leche en toda la vida. Pero cuando se produjo el actual período interglaciar, esto propició que la especie humana se multiplicara e incrementara la competencia por los alimentos, y muchos hombres que iban a cazar volvían a los reductos sin nada que comer.

¿Y qué ocurrió?
La mujer se dio cuenta que si muñía una bestia, la leche del animal quitaba el hambre y, además, alimentaba. Por eso, la mujer fue quien propició la revolución más grande de la humanidad, la neolítica -cuando pasamos de nómadas a sedentarios- y el hombre empezó a consumir leche también de adulto. Esto provocó que hubiera una mutación en el gen que codifica la lactasa y empezó a aparecer gente anormal, que conservaba la lactasa toda su vida. En las sociedades que consumieron menos leche, como la semita, mutó también, pero menos. Actualmente, en la población mundial, se mezclan las sociedades que mutaron mucho con las que no lo hicieron tanto. 

¿Existen lugares con mayor proporción de habitantes con intolerancia a la leche?
Entre los semitas, marroquíes y judíos aumenta el porcentaje de gente que sufre intolerancia a la lactosa genética, que es mayor que en los ingleses o americanos, que han tomado leche de vaca durante mucho más tiempo. En Catalunya somos mezcla, ya que quedaron muchos judíos que se cambiaron el apellido, y por eso el porcentaje de deficiencia de lactasa genética a lo mejor es más grande que en otros sitios, aunque no está del todo demostrado.

¿Qué síntomas da la intolerancia a la lactosa?
Dolores estomacales, barriga un poco hinchada, heces deshechas o ácidas, masa ósea deficiente, aunque en general no presenta demasiada sintomatología. 

¿Cómo se puede diagnosticar?
Haciendo una prueba de gases, que consiste en beber un vaso de leche y hacer a la persona soplar a las tres o cinco horas de la toma y, luego, mirar los gases que se forman. Si la lactosa llega al intestino grueso sin ser digerida, los bacterias se la comen y hacen gases. El 80% de estos gases se eliminan por los pedos y las heces y un 20% pasa a la sangre, llega al pulmón y se elimina con el aire aspirado. Por eso, hacemos soplar para detectarlo. Si el hidrógeno y el metano está por encima de lo normal y el dióxido de carbono es positivo, quiere decir que hay intolerancia a la lactosa.

¿La bebida de soja es un buen sustitutivo de la leche?
No, aunque a veces aconsejo tomar leche de soja en el caso de personas alérgicas a la proteína de la vaca, aunque de manera muy estudiada.

¿Por qué la soja no es aconsejable en todos los casos?
Porque le faltan tres aminoácidos esenciales –taurina, metionina y carnitina- que son fundamentales para el crecimiento y el desarrollo cerebral. La bebida de soja que normalmente venden en los supermercados no tienen estos aminoácidos,  pero sí algunas bebidas de soja en polvo, a la cuales se les ha añadido. Segundo punto en contra de la soja: algunos estudios han demostrado que el niño exclusivamente alimentado con soja hace menos anticuerpos cuando lo vacunas que el que toma leche de vaca; otro problema es que la bebida de soja – excepto la que se hace para niños-  tiene dos azúcares – estaquiosa y rafinosa-, que el cuerpo humano no puede digerir y, por lo tanto, provoca gases; por último, la soja tiene estrógenos, por eso en Francia y Alemania no la recomiendan para niños.

¿Qué consecuencias puede tener para el adulto ingerir demasiados estrógenos?
Si la soja tiene estrógenos, no sería bueno que las mujeres de hasta 45 años de edad la tomaran, ya que quizá podría propiciar la aparición de cáncer de mama o de matriz, por exceso de estrógenos. Si es un varón, podría causarle infertilidad. Son cosas que se están estudiando. No obstante, la leche de soja se podría tomar con moderación.

¿Qué opina de la bebida de avena?
No estoy de acuerdo que sirva como sustitutivo de la leche, porque también le faltan aminoácidos esenciales. En principio no tiene estrógenos, pero sí propiedades laxantes. Sin embargo, recomendaría a la gente alérgica a la leche de vaca la bebida de arroz hidrolizada que se vende en las farmacias, aunque es bastante cara.

¿Cada vez hay más celíacos?
Sí, y cada vez es más fácil diagnosticar la enfermedad. Al principio los médicos sometían a sus pacientes a biopsias del intestino. Actualmente, existen marcadores en sangre y pruebas genéticas que evitarían hacer una biopsia, aunque si los resultados de estas pruebas son dudosos, sí que es preciso hacerla.

¿Cómo puede cambia la vida de una persona que descubre que sufre alguna intolerancia alimentaria?
Si tiene diarrea, desaparecerá; si es pequeño, empezará a crecer y a engordar; si es adulto, tendrá menos gases y se encontrará mucho mejor. Todo esto a cambio del sacrificio de evitar unos alimentos determinados o ir a comprar a tiendas especializadas. Pero no es bueno dejar de tomar los alimentos que parece que nos van mal, sin estudio previo. 

¿Cuál es la alergia alimentaria más extraña que ha conocido?
La alergia a la proteína del arroz y el parásito de anisakis, que aparece por comer pescados contaminados y que no se han congelado debidamente, y a veces puede ser difícil de diagnosticar.

También hay quien es alérgico al chocolate.
Sí, al cacao o a los frutos secos, que están por todos los sitios, hasta en los turrones. Otra es la alergia al huevo, pero, claro, todo lo que está bueno está hecho con huevo.

Pobrecillos los que las padezcan.
Sí, hay alergias muy sacrificadas, sobre todo si el afectado es niño (ríe).

La Vanguardia.com
16-12-2011

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