Una excavadora encuentra, a la altura de El Pont del Treball, lo que podría ser la Villa Romana de la Sagrera de antes del siglo IV
Barcelona. (Redacción y Agencias). -Algunos vecinos de La Sagrera se preguntaban por qué, de golpe, se habían paralizado las obras que se supone que han de realizarse a destajo para construir la macroestación del AVE. Las excavadoras y las grandes maquinarias se detenían para dejar paso a la delicadeza de los pinceles y las escobas. Habían aparecido más de 50 expertos. ¿Qué han encontrado?
Aunque aún no se ha podido poner una fecha concreta a los descubrimientos, los 600 años de colonización romana han dejado múltiples restos arqueológicos en la ciudad. Y no sólo en el centro. Barcino era una ciudad importante, pero que más allá de la “urbs” extendía su vida – sobre todo, con actividades agrícolas – fuera de las murallas.
Las obras del AVE se pueden ver afectadas por este descubrimiento único en Barcelona Alba Rodríguez
Durante las tareas de seguimiento de los movimientos de tierras que se realizan en las obras de construcción de los accesos a la nueva estación, una excavadora, cerca de El Pont del Treball, se detuvo al descubrir lo que ya se ha denominado como la Villa de la Sagrera. Se trata de unos 1.100 metros cuadrados en los que, por el momento, se han encontrado fragmentos de mosaicos y pinturas, además de paredes que podrían dibujar la arquitectura del pasado romano.
Se trata, por lo que se conoce hasta ahora, de una villa termal y, según el Ayuntamiento, es un conjunto arquitectónico en el que se pueden definir tres grandes áreas diferenciadas:
En primer lugar, a se encuentra en el extremo norte del yacimiento, donde un conjunto de cimentaciones y muros definen una serie de habitaciones dispuestas en batería. Algunas de estas habitaciones presentan restos de pavimentos, hechos tanto en opus sectile como enopus signinum, que, junto con la distribución de los ámbitos nos hace establecer la hipótesis nos encontraríamos en estancias correspondientes a la pars urbana de la villa.
La segunda área se encuentra situada en el extremo sur de la villa. En este punto se localiza otro conjunto de habitaciones, distribuidas mediante dos corredores perpendiculares. En esta zona se dispone también una zona termal, habiéndose documentado una piscina (posiblemente la destinada a los baños fríos) y el fondo de un hipocausto.
Finalmente, entre estos dos conjuntos de habitaciones se define un gran espacio, donde hasta el momento sólo se han documentado restos de una pavimentación de signinum y de su preparación. La ausencia de estructuras de muros en este espacio, así como su situación en relación a los conjuntos habitacionales, hace plantear a los expertos la hipótesis de que se trate de un espacio abierto o atrio en torno al que se distribuirían el resto de edificaciones de la pars urbana de la villa.
Los datos obtenidos apuntan a que la villa seguiría en uso al menos hasta los siglos IV-V, aunque no se puede concretar de momento.
En el transcurso de los trabajos se han localizado varios pavimentos de opus signinum(aplicados a suelos y paredes, eran impermeables, formados por una mezcla de cal, arena y fragmentos de barro que le daban una característica tonalidad rojiza), un mosaico de opus tessellatum (piezas cúbicas de pequeñas dimensiones y materiales diversos que daban lugar a combinaciones de dos o más colores; podían combinar formas geométricas y figuradas) y las huellas de lo que había sido un mosaico de opus sectile (piezas de mármol de diferentes colores) .
En cuanto al espacio termal, se ha identificado la piscina (piscinae) de agua fría, y el hipocausto de lo que debía ser la piscina de agua caliente (caldarium o calidarium). Es donde se acumulaba el aire caliente procedente del horno (praefurnia). En el hipocausto de la villa romana se han localizado fragmentos de los pilares de ladrillo (pilae) que sustentaban el suelo del caldarium.
En el extremo norte del conjunto hay un pasillo, situado a una cota inferior del resto de las estructuras, con el suelo y las paredes revestidos de opus signinum. Podría tratarse de un espacio ornamental, tipo ninfeo.
En esta parte de la villa romana es donde se observan más modificaciones en la distribución y los usos del espacio. La documentación de varios silos y una dolía (gran recipiente cerámico para el almacenamiento de productos) en la última fase de existencia de la villa así parece indicarlo.
En estos momentos se está procediendo a las tareas de excavación, inventario e interpretación de los restos con un coste aproximado de 750.000 euros, en las que participan siete arqueólogos y 58 auxiliares. En estas tareas colabora Adif y las empresas adjudicatarias de las obras, realizando operaciones de topografía y aportando personal de apoyo para las tareas de campo y la maquinaria necesaria.
Los restos no tendrían que afectar al paso del tren de Alta Velocidad, ya que no están en el centro de lo que debe ser el corredor cubierto del proyecto. El protocolo habitual acaba separando las piezas, clasificándolas, y llevándolas al Museu d’Història de Barcelona, pero eso dependerá de la evaluación que los expertos hagan en los próximos días. Barcino siempre vuelve. A veces, para quedarse.
De antes del siglo IV
Los restos de la villa romana encontrados podrían ser anteriores a los siglos IV o V y que habría sufrido modificaciones y ampliaciones a lo largo de su historia.
El director del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Barcelona, Josep Maria Gurt, consultado por Efe, ha apostado hoy por conservar “in situ” los restos arqueológicos. En su opinión, y teniendo en cuenta que no ha podido valorar personalmente los hallazgos, los restos de la villa romana encontrados y la riqueza que al parecer contienen son un ejemplo único “a la vista” existente actualmente en Barcelona, por lo que sería conveniente conservarlos.
Por su parte, el jefe del departamento de Ciencias de la Antigüedad y profesor de Arqueología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joaquim Pera, consultado por Efe, ha considerado que el hallazgo era “previsible” y que deberá ser la dirección general de Patrimonio de la Generalitat quien determine qué futuro dar a los restos y si se debe modificar la obra del AVE.
Por su parte, Josep Torres, uno de los vecinos que vive en el edificio más cercano, ha criticado la actitud de los responsables del AVE en la zona, que le impidieron en dos ocasiones realizar fotografías de los restos romanos, “como si fuera una central nuclear”, ha dicho.
Ciurana ha informado de que la pieza más relevante encontrada en la villa es un mosaico que será levantado “en breve” del lugar y transportado al laboratorio arqueológico del Museo de Historia de la ciudad de Barcelona, donde se limpiará y se estudiará.
La Vanguardia.com
2-09-2011
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