Sólo siete de cada diez parados cobran prestación y los salarios están casi congelados
MAR DÍAZ VARELA
La crisis está golpeando con dureza a las familias españolas. La caída de la bolsa, la pérdida de valor de la vivienda y las dificultades para encontrar empleo están dando lugar a un efecto pobreza que ha retraído el gasto y han acelerado la contracción de la economía a partir de septiembre. Esta es una consecuencia lógica del deterioro de las condiciones de vida que recogen con crudeza los indicadores económicos después de cuatro años de crisis y han encendido la luz de alarma de los expertos que consideran que las familias se han convertido en el auténtico sostén que está permitiendo amortiguar las tensiones sociales inherentes a una crisis tan profunda que se ya ha cobrado 2,3 millones de empleos y ha situado la tasa de desempleo en el 21,5% de la población activa.
La Encuesta de Población Activa ha puesto de manifiesto que el número de hogares con todos sus miembros en paro ha superado por primera vez en septiembre la barrera de los 1,4 millones. Esto no significa que no tengan ningún tipo de ingresos, como le gusta explicar al secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, porque la encuesta no precisa que muchos de estos hogares al menos tienen a uno de sus miembros cobrando una prestación pública. Sin embargo, los datos de los Servicios Públicos de Empleo (SPE) indican que la tasa de cobertura del desempleo se ha reducido en 10 puntos desde que se inició la crisis y menos de 7 de cada 10 parados la reciben (solo 5 de cada 10 tienen una prestación contributiva, el resto son subvenciones). Esto explica que no se haya disparado el gasto en desempleo (la nómina de prestaciones en septiembre ascendió a 2,41 millones de euros, un 5,7% menos que en el mes de septiembre del 2010).
Ante esta situación las familias han empezado a comerse los ahorros. Tal como se explica en el Boletín Económico del Banco de España, esto ha provocado un nuevo descenso de la tasa de ahorro que se ha situado en el 12,8% de la renta disponible, muy por debajo del nivel propio de los años de bonanza. Para tener una idea de la evolución de este indicador solo hay que recordar que en la primera fase de esta crisis llegó al 19% porque el miedo congeló todas las decisiones de gasto. Ahora las cosas han cambiado y las familias ni siquiera ahorran.
Lo más inquietante es el clima de empobrecimiento que se ha adueñado de los hogares. No es para menos. Los ahorros en bolsa han perdido un 18% de su valor desde final de junio (el Ibex 35 pierde un 13% desde el inicio del año). Pero además, la vivienda vale menos. De acuerdo con los datos del Ministerio de Fomento, los precios de la vivienda aceleraron en el tercer trimestre su ritmo de disminución, hasta alcanzar una tasa interanual del 5,6 %, cifra que implica una caída acumulada desde el nivel máximo que alcanzó en el primer trimestre del 2008 de casi un 18% en términos nominales (un 23% en términos reales). La pérdida de valor se eleva a casi un tercio si se hace caso de las estimaciones que realizan los promotores.
El desconcierto es aún mayor cuando llega el momento de provisionar los fondos de pensiones para asegurar las desgravaciones y se comprueba que los fondos de pensiones se han devaluado más de un 2,2% este año, según datos de la consultora Mercer.
Los bancos se han encargado de dar una vuelta de tuerca, ya que entre junio y agosto, el coste de la financiación bancaria a los hogares aumentó, tanto en el caso de los créditos destinados a la compra de inmuebles como en el de los créditos de consumo y otros fines, según la Encuesta de Préstamos Bancarios. El Euribor cerró octubre en el 2,11%, pero la bajada de los tipos del BCE al 1,25% puede provocar bajadas de ese indicador, clave para los hipotecados. Los datos del Banco de España revelan que en siete meses el Euribor ha subido 35,3 puntos básicos, al pasar del 1,7% de febrero al actual 2,2%, mientras que el tipo de interés efectivo de los nuevos préstamos para la adquisición de casas se ha incrementado 57,1 puntos básicos, desde el 2,9% hasta el 3,5%.
La evolución de los salarios confirma esta sensación de empobrecimiento. Los 3,5 millones de empleados públicos tienen congelado su salario, mientras que los trabajadores del sector privado han tenido un aumento del 1% en los convenios (un 2,6% en los convenios que se arrastran de años anteriores). Una situación que se agrava si se tiene en cuenta que la inflación sigue en el 3%.
Esto explica que el consumo (que representa el 56% de nuestra economía) siga sin tirar. Los datos del Banco de España indican que las decisiones de consumo y de inversión de las familias en el periodo abril-junio siguieron contrayéndose. En el lado positivo esto ha contribuido a reducir su endeudamiento. Como muestra un botón. Las ventas de coches volvieron a reducirse un 6,7% en octubre, con 57.278 unidades, el peor mes de octubre en la historia de las matriculaciones de turismos. El volumen acumulado en los diez primeros meses muestra un total de 681.205 unidades, con un descenso acumulado del 19,7%. Y la inversión residencial se contrajo de nuevo.
La Vanguardia.com
15-11-2011
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