Dos modelos pueden causar dolor y toxicidad al 12% de sus portadores | Los traumatólogos calculan que tendrán que cambiar más del 6% de las piezas | Dos modelos pueden causar dolor y toxicidad al 12% de sus portadores
Van a estudiar 238 casos en Catalunya. Son las personas que llevan uno de los dos modelos de prótesis de cadera ASR que la compañía Johnson&Johnson ha propuesto reemplazar por los problemas que está generando a entre el 12 y el 13 por ciento de sus portadores. Los traumatólogos del hospital Clínic calculan que de sus 74 pacientes portadores este tipo de prótesis, tendrán que reintervenir a entre tresy cinco pacientes, el 6,7% de los casos, la mitad de los que según la compañía fabricante estaba dando problemas.
La mayoría de los que las llevan son pacientes jóvenes (tienen entre 40 y 60 años; por encima de esa edad suele ponerse otro tipo de prótesis) y se les había colocado esas piezas que son metálicas (las llaman metal-metal) porque sus componentes y su estructura respetan más zona del hueso y soportan más actividad física. La prótesis tiene básicamente dos componentes que se articulan y en el caso de los dos modelos ahora retirados del mercado pueden provocar problemas importantesa unos pocos. En su fricción, además de provocar inflamación y dolor en la cadera, pueden liberar algunos de sus compuestos metálicos, principalmente cobalto y cromo. Y esos metales liberados pueden resultar tóxicos. “Y aunque sin síntomas lo más probable es que no haya intoxicación”, explica Santiago Nogué, jefe de toxicología de urgencias del Clínic, “el cobalto puede afectar al sistema nervioso central, al riñón, puede causar temblores o dificultades al escribir o al caminar”.
Que se conozca, en Catalunya sólo ha habido un caso, una paciente que tuvo dolor e inflamación en la cadera y se le reemplazó la prótesis. Pero ahora van a estudiar a fondo a los 238 portadores de estas prótesis en los quince centros sanitarios que las usaron (en España, setenta centros).
Especialistas y autoridades sanitaria han acordado un protocolo: primero buscan a sus pacientes y los citan para una exploración, en la que les someterán además a una analítica para detectar la presencia de metales y les harán pruebas de rayosXpara comprobar que la prótesis está bien colocada. “Si encontramos algún resultado anómalo”, indican los responsables del Clínic, “haremos un TAC o una resonancia, y valoraremos el recambio”.
Recambiar una prótesis es una decisión complicada, es una operación agresiva y con una rehabilitación importante. “Precisamente el hallazgo de las prótesis de superficie y de metal-metal, como las que han salido defectuosas, permite intervenciones menos agresivas, porque se conserva más fémur”, explica el especialista Rafael González Adrio. Al retirar las prótesis de Johnson & Johnson, habrá que colocar otra, que los traumatólogos pactarán con el paciente y que probablemente sean otras parecidas pero compuestas de metal y plástico. “Pero debería quedar claro que las prótesis de metal-metal son una buena solución, aunque estos modelos hayan fallado”, asegura el especialista.
Para alivio de los preocupados portadores de prótesis, médicos y administración sanitaria tienen controlados todos los implantes. Aunque no aparezcan en un registro, “algo muy necesario, porque nos permitiría saber qué pasa con las prótesis a lo largo del tiempo, con cada modelo, en cada hospital”, opina González Adrio. “La mayor parte de la información que tenemos viene de un registro sueco”.
_ El Clínic, “donde cada año ponemos 1.200 prótesis de rodilla y cadera”, está solucionando dudas por teléfono. También Sanitat Respon (902-111-444).
No sólo las llevan ancianos
Cuando Johnson & Johnson anunció este otoño que había que retirar sus prótesis ASR y que pagaba la operación a los más de 90.000 casos del mundo, los pacientes empezaron a preguntarse cómo se llamaba la suya, para descubrir que muchos no tenían ni idea. Los traumatólogos con más experiencia defienden este sistema, aunque esos modelos hayan salido rana.
De las casi 9.000 prótesis de cadera que se pusieron el año pasado en Catalunya, dos tercios las llevan personas mayores de 65 años, sobre todo entre los 75 y los 84 años; y unas 1.700, pacientes de 45 a 65 años.
Los mayores suelen sufrir artrosis en la cadera. En esos casos, sus piezas no suelen ser como las ahora retiradas, sino de cerámica con cerámica (siempre tiene dos piezas articuladas) o metal con plástico. Las de metal-metal son relativamente nuevas y están especialmente indicadas para personas jóvenes, la mayoría con necrosis idiopática en la cabeza del fémur y no tantas artrosis. Nunca por una fractura.
La Vanguardia.es
10-10-2010
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