Expertos independientes fijarán qué parte de BFA-Bankia se nacionaliza

El FROB y el propio Banco Financiero y de Ahorros nombrarán a los valoradores.La tasación deberá determinar el valor económico del grupo sin el dinero público.Las cajas perderán casi toda su participación en la entidad.

La nacionalización de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia, ya está en marcha. Sin embargo, su concreción no solo requerirá la autorización de las autoridades españolas y europeas sino también un proceso de valoración que determine qué parte se queda el Estado y qué parte conservan las siete cajas de ahorros fundadoras del grupo, lideradas por Caja Madrid y Bancaja. La escritura que regula el proceso que se acaba de abrir establece que serán expertos independientes los que fijen las condiciones económicas de la nacionalización, según las fuentes consultadas por EL PAÍS.

Lo que BFA ha solicitado es que se conviertan en acciones los 4.465 millones en participaciones preferentes convertibles que son propiedad del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el fondo que se diseñó para rescatar las entidades financieras con problemas y que está controlado por el Banco de España y el Ministerio de Economía.

Para saber cuántas acciones de la matriz de Bankia corresponden al FROB será necesario fijar una relación de conversión, según se indica en la escritura por la que se emitieron las participaciones preferentes. Para ello, se establece que el FROB y el propio Banco Financiero y de Ahorros nombrarán a unos expertos independientes que emprenderán un proceso mediante el cual se fijará el “valor económico” de BFA sin la aportación estatal, según la escritura inscrita en el Registro Mercantil de Valencia en diciembre de 2010.

Lo que parece evidente es que las cajas perderán casi toda su participación en la entidad

Una vez se determine ese valor económico de BFA, se pondrá en relación con los 4.465 millones de las participaciones del FROB más los intereses devengados y no satisfechos, a un tipo de interés que actualmente estaba fijado en el 7,90%.

Así, esos 4.465 millones más intereses se dividirán por la suma de esa misma cifra más el valor económico de BFA. Por poner un ejemplo (y prescindiendo de los intereses para simplificar), si los expertos independientes fijasen el valor de BFA en 1.000 millones, al Estado le correspondería un 81,7% (4.465 dividido por 5.465) y a las cajas de ahorros, un 18,3% (1.000 dividido por 5.465).

Lo que parece evidente es que las cajas perderán casi toda su participación en la entidad. Los fondos propios de BFA apenas superan los 1.000 millones, en el balance del grupo hay 31.800 millones en activos tóxicos del ladrillo de los que 18.500 millones no cuentan con cobertura, y los auditores han detectado un desfase de 3.500 millones en la valoración de Bankia incluida en el balance de BFA, que sería mucho mayor en caso de tomar como referencia el precio de mercado de las acciones.

El peor escenario posible es que los experto independientes concluyan que el valor de BFA es cero o negativo

El peor escenario para las cajas de ahorros accionistas de BFA sería que los expertos independientes llegasen a la conclusión de que el valor de BFA es cero o negativo. En ese supuesto, la nacionalización sería del 100% de la entidad, como ocurrió con Unnim o con Banco CAM. En el caso de NCG Banco o CatalunyaCaixa, el Estado se hizo con el 93% y el 90%, respectivamente, al otorgar cierto valor económico a las entidades, pero cabe la posibilidad de que en el proceso de subasta de ambas entidades ese valor acabe siendo también nulo.

Además de la conversión de las participaciones preferentes actuales en acciones, es probable que BFA necesite una nueva inyección de dinero público. Lo que Economía ha dicho es que aportará el capital “estrictamente necesario” para su saneamiento, lo que equivale a decir que aportará todo el capital necesario para ello.

Esa nueva entrada de fondos llegaría por la vía de los bonos conocidos como cocos (contingentes convertibles), que en principio son temporales, pero se transforman en acciones en caso de debilidad de la entidad. Si esto último ocurriese, diluiría aún más la participación que pudieran conservar las cajas.

El País.com
10 de Mayo 2012

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