¿Dónde está mi bici?

Las asociaciones de ciclistas alertan de que los robos se disparan en Barcelona – Las víctimas apenas denuncianSólo 1.755 dueños se han inscrito en el registro impulsado por el Ayuntamiento

ANNA FLOTATS – Barcelona – 26/06/2010
A Volcia Porakh, bielorrusa de 24 años, le robaron la bicicleta hace dos semanas. Estaba atada con dos candados en la Travessera de Gràcia de Barcelona. Pere Bonmatí, pianista de 27 años, circula por la ciudad con su quinta bici. Le robaron las cuatro anteriores de noche y siempre en barrios concurridos. A Oriol Vinyalonga, de 29 años, le sustrajeron la suya en Sant Andreu. Estaba atada a la columna de su aparcamiento particular. Ninguno de ellos denunció el robo y ninguno de ellos recuperó su bicicleta. La historia se ha repetido, al menos, 453 veces. Este es el número de personas a las que les han robado la bici alguna vez, según un estudio del Bicicleta Club de Cataluña (BACC) realizado con datos de 2009.
De una muestra de 1.225 ciclistas, los robos representan el 37%. Casi el doble que en 2008, según sus encuestas a ciclistas. “El Bicing redujo las demandas de bicicletas robadas en el mercado negro, pero ahora se ha normalizado la situación, y con la crisis económica, aumentan los robos”, reza el documento. Otra de las causas que apunta el Bicicleta Club de Cataluña es la falta de aparcamientos seguros. En Barcelona hay más de mil plazas para bicis en aparcamientos vigilados. Cuestan ocho euros al mes y, según el Consistorio, hay muchas vacías.

La mayoría de los ciclistas aparcan en la calle. Atan las bicis con dos candados de los que se suelen usar para las motos -pitones y otros con forma de U-, que rondan los 50 euros. Algunos incluso compran un tercero para el sillín. Ni así es suficiente. A Dani Martín, abogado de 26 años, se lo han robado tres veces, y también la estructura de hierro para cargar pesos que algunas bicis llevan encima de la rueda de atrás. “En el mercado de Sant Antoni o en Glòries seguro que puedo comprar las piezas de mi propia bicicleta a mitad de precio”, bromea. Lleva cinco años circulando en bici y asegura que el barrio de la Sagrada Família es, junto con el Raval, “el cáncer de la ciudad”.La bici de Dani Martín duerme en el aparcadero que hay en el cruce de la calle de Provença con la de Nàpols. “He visto a chavales usar un soplete a plena luz del día para deshacer los candados y robar la bicicleta”, denuncia.

Es imposible saber cuántas bicis se roban cada año. Lo que sí se sabe es que en el depósito, en 2009, había 2.274; 164 eran robadas, y 106, “supuestamente robadas”, según el Ayuntamiento. Alguna de ellas podría ser la de Benet Íñigo. A este periodista de 27 años le robaron la bicicleta a las once de la mañana en una plaza del barrio del Raval. La tenía atada con un candado pitón. Ahora, por la noche, sube su nueva bici a casa. Durante el día, ata las ruedas al aparcadero con dos candados y, además, protege el sillín y el cuadro con otra cadena. “Sé que tarde o temprano me la van a robar otra vez”, se conforma, “pero ahora no me amargo: me compro la bici más barata y dos candados, en total, 200 euros. Si me dura un año y medio, ya la he amortizado”. Como la mayoría de las víctimas, Íñigo no denunció el robo. “No guardaba la factura, era imposible demostrar que era mía”.

Para tratar de paliar este tipo de situaciones, el Ayuntamiento creó en 2005 el Registro de Bicicletas, una base de datos -del propietario y de la bicicleta- que puede facilitar la recuperación de la bici en caso de robo. Actualmente hay 1.755 registradas. De ellas, 803 también están marcadas, es decir, tienen una pequeña matrícula -un adhesivo con código de barras- escondida en alguna parte de la bici que la asocia con el registro.

La idea, opina el BACC, es buena, pero no se ha dado a conocer lo suficiente. “Muy pocos ciclistas saben que existe”, afirma el director de la asociación, Haritz Ferrando, “y aunque funcionara, es cierto que tendría un efecto disuasorio, pero no sería la única solución”. La batalla del BACC está en la modificación de la ordenanza de Urbanismo. La asociación reclama que el texto obligue a crear aparcamientos en los edificios de viviendas de nueva obra. La norma actual sólo prevé plazas de un mínimo de 10 metros cuadrados en edificios públicos o privados para oficinas o despachos, locales comerciales y almacenes, centros de estudios superiores, viviendas para jóvenes, salas de fiestas, teatros y cines.

A Arnau Coll, de 32 años, le robaron la bici, precisamente, en el tiempo que dura una película. No era la primera vez. “Pero es que ya no se me ocurren más formas de atarla y no sabía que existía un registro”, dice. Coll denunció el robo a los Mossos d’Esquadra y nunca más se supo. Según el BACC, ninguna víctima de robo recuperó su bicicleta. La policía autonómica no dispone de un cómputo específico por robo de bicicletas. Pero si la denuncia se refiere a una bici marcada, los Mossos mandan una copia al Registro de Bicicletas. En 2009 solo recibieron siete. Y en lo que va de 2010, solo seis de las denuncias por robo correspondían a bicis registradas.

Aun así, el Ayuntamiento insiste en la importancia de matricular y prevé extender el sistema al área metropolitana, de manera que la base de datos no se limite a Barcelona. Registrar es voluntario y gratuito. Se puede hacer en cuatro talleres de la ciudad y también por Internet.

 Publicat, El País.com

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