El presidente busca dejar sin margen a Sánchez, condicionar al PNV y acallar el debate en el PP
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aceleró ayer la votación de la moción de censura que patrocina contra él Pedro Sánchez para así dificultar que el líder del PSOE encuentre apoyos, frenar las incipientes críticas internas que hay en el PP a su liderazgo y evitar un largo periodo de inestabilidad en plena aplicación del artículo 155 en Cataluña. En consecuencia, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, programó para este jueves y viernes la votación. Frente a los 25 días transcurridos desde que Podemos registró su fracasada moción de 2017 y la votación de esta, ahora solo van a pasar seis días.
“Pasar página lo antes posible”. Eso es lo que busca Rajoy al acelerar la celebración de la moción de censura que Sánchez defenderá contra él, según fuentes gubernamentales. Recortando los tiempos, el líder del PP espera lograr cuatro ventajas. Primero, dificultar que su homólogo del PSOE consiga los 176 apoyos necesarios para tumbar el Gobierno. Segundo, complicar la posición del PNV,Ampliar fotoMariano Rajoy, en una imagen de archivo. ULY MART
que se arriesgará a perder los beneficios logrados en los Presupuestos si apoya la moción socialista, puesto que las cuentas aún deben ser tramitadas en el Senado —donde el PP tiene mayoría—. Tercero, evitar un largo periodo de inestabilidad en plena aplicación del artículo 155 en Cataluña. Y cuarto, frenar el incipiente debate interno que hay en su partido.
El abatimiento del propio jefe de gobierno, reconocido por interlocutores de gubernamentales y dirigentes de su partido, ha sido profundo tanto por la iniciativa de Sánchez como por la dureza de la sentencia del caso Gürtel. La desolación continúa en filas locales y regionales del PP, pero la cúpula del partido ha reaccionado en las últimas horas, yendo al ataque contra Sánchez.
El jueves la sentencia produjo un fuerte mazado al mencionar directamente la ausencia de credibilidad en la declaración que hizo Rajoy ante los jueces como testigo, pero ayer, después de un fin de semana traumático, los dirigentes del PP salieron en tromba a los medios de comunicación para anunciar los males que caerán sobre España si la moción de censura del dirigente socialista sale adelante.
Lo fundamental es que la moción de censura contra Rajoy y todo lo que la rodea quede en el olvido lo antes posible. Esa es la razón por la que el Gobierno ha querido que se desarrolle cuanto antes la sesión parlamentaria, en la creencia de que así favorecerá que fracase.
Nada que ver lo que ha ocurrido ahora con lo acontecido el pasado año con la moción de censura que defendió el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Entonces no hubo prisa. Desde que se registró hasta que se desarrolló transcurrieron 25 días. Ahora, y por sorpresa, no habrá pasado ni una semana, según le comunicó ayer la presidenta del Congreso, Ana Pastor, al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Con esta premura el jefe de gobierno considera que podrá taponar todas las crisis en ciernes, tanto internas como institucionales, aunque de la del PP no se habla oficialmente en la formación ni se va a dar ocasión por ahora para que nadie se pronuncie.
Rajoy no ha convocado ninguna reunión para tratar la crisis abierta por la moción de censura justificada por la sentencia de la Gürtel. El habitual Comité de Dirección de los lunes, que preside él mismo, no se convocó ni se reunió ayer. Mucho menos cualquier otro órgano de mayor entidad. Las críticas incipientes a la falta de respuesta efectiva a los casos de corrupción se mantendrán así entre bambalinas. Y así será durante un tiempo sin determinar.
Fuentes de la dirección nacional no descartan convocar la próxima semana o una Junta Directiva Nacional o, al menos, un comité ejecutivo, aunque recalcan que no está decidido. Lo importante ahora para el presidente del partido es superar esta moción de censura y que el próximo lunes todo haya pasado.
Todos contra Sánchez
Hasta entonces, la formación conservadora cargará contra Sánchez. Solo el hecho de presentar la moción de censura ya es para el PP “un acto de irresponsabilidad” con respecto al país, como proclamaron ayer Rafael Hernando, portavoz del grupo popular en el Congreso; el coordinador general, Fernando Martínez Maillo y los vicesecretarios Javier Maroto y Pablo Casado.
“Quieren convertir a los españoles en rehenes de Otegi y Puigdemont”, interpretó Casado para dar a entender que el líder socialista quiere ser presidente del Gobierno con los votos de Bildu y de los independentistas catalanes. La estabilidad de la economía está en peligro ante la posibilidad de un gobierno apoyado por grupos radicales y todo cuando la crisis con Cataluña está abierta, desgranan en sus argumentarios internos los dirigentes del PP, que dicen no creer que Sánchez no vaya a conceder “cualquier cosa” con tal de ser presidente del Gobierno.
Así seguirán hasta que el próximo viernes se vote la moción. Entre tanto, y sin reuniones internas, Rajoy y su cúpula del partido confían en centrar toda la atención contra Sánchez y sepultar el debate sobre el liderazgo del PP
Publicado en EL PAÍS
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