Los especuladores financieros disparan el precio de los medicamentos

Alarma ante las prácticas de comprar los derechos de viejos fármacos para multiplicar su precio | Estados Unidos empieza a pedir explicaciones a la industria, y provoca el derrumbe de su cotización en bolsa                

Rosa Salvador Rosa Salvador

Los especuladores financieros han encontrado una nueva vía de negocio en el mundo farmacéutico: comprar los derechos de viejos medicamentos, muy especializados, y multiplicar su precio, por 2, por 10 o incluso por 50. La práctica ha empezado a causar alarma en Estados Unidos, donde no existe un sistema público de salud y los pacientes han de pagar sus propios medicamentos, mientras que por el momento tiene un impacto más moderado en España, donde los fabricantes tienen que pactar el precio de venta con la Seguridad Social.

Los especuladores financieros disparan el precio de los medicamentosDaraprim LVD

El escándalo comenzó la semana pasada, con el anuncio de una pequeña biotec, Turing, de incrementar un 5.000% el precio de Daraprim, un medicamento que se utiliza desde los años cincuenta para tratar la toxoplasmosis. Turing acaba de ser adquirida por Martin Shkreli, un antiguo director de un hedge, y la subida llevó a la candidata demócrata Hillary Clinton, a anunciar un plan contra “los indignantes precios extractivos” de la industria farmacéutica.

Y el lunes, de nuevo, el sector se vio sacudido por la decisión del Congreso de Estados Unidos de pedir explicaciones al presidente de Valeant, una empresa canadiense que tiene entre sus principales accionistas al hedge fund Pershing Square Capital, de Bill Ackman, y a Ruane Cunniff, gestor de Sequoia Fund, por el aumento de un 525% y de un 212% de los precios de dos medicamentos para tratar patologías. Valeant compró los derechos del Nitropress, un medicamento recetado para la hipertensión cardiaca, y el Isuprel, para el tratamiento y regulación de ritmos cardiacos anormales, y el mismo día que los adquirió multiplicó su precio: ahora dos mililitros de Nitropress cuestan 805,61 dólares y un milímetro de Isuprel ronda los 1.346 dólares.

Las subidas se aprovechan de que no son medicamentos de uso masivo, lo que desincentiva a otros laboratorios a desarrollar genéricos y afrontar el largo y costoso proceso de validación y registro administrativo, que se ha de repetir país por país, porque en Estados Unidos, como en la Unión Europea, la ley no permite importar fármacos no registrados.

La patronal farmacéutica de Estados Unidos, ha arremetido contra Turing, asegurando que “no representa los valores de las compañías que forman nuestra asociación” de empresas fabricantes e investigadoras de medicamentos, que apuestan porque los altos precios remuneren los costes de investigación de los medicamentos innovadores.

De hecho, los especuladores hacen exactamente lo contrario: Valeant se ha convertido en una de las compañías farmacéuticas más importantes de Estados Unidos haciendo exactamente lo contrario: comprando empresas con medicamentos de nicho y reduciendo prácticamente a cero sus departamentos de I+D.

La indignación de la opinión pública, y la nueva regulación del sector que han propuesto los candidatos demócratas a la Casa Blanca, Hillary Clinton y Bernie Sanders han derrumbado la cotización de Valeant en bolsa (ha perdido un 35% en una semana), arrastrando a todas las empresas del sector: el Nasdaq Biotech ha perdido desde el 17 de septiembre un 20%.
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