Denuncian a un chatarrero de Sant Andreu por traficar con caballos en un recinto ilegal

Animalistas de FAADA consiguen que el Ayuntamiento y la Generalitat investiguen a un individuo que tiene decenas de animales en un estado lamentable

   Un perro ladra encerrado en una jaula FAADA

F C  García
Lo que empezó hace más de quince años como un simple negocio de chatarrería ambulante que ocupaba ilegalmente un espacio público del barrio de Sant Andreu, en el pasaje Torrent Estadella (Bon Pastor), con el paso del tiempo ha acabado por convirtirse en un recinto de unos 2.000 metros cuadrados ocupados sin permiso, según han confirmado fuentes del Ajuntament de Barcelona. La instalación, en plena calle, ha sido denunciada en repetidas ocasiones por entidades animalistas como FAADA a causa de los centenares de animales en un estado lamentable que malviven en su interior.

Se trata de un recinto ubicado en plena vía pública al que los vecinos han denunciado en alguna ocasión, aunque tímidamente por temor a las amenazas del chatarrero. Según fuentes de la protectora FAADA “también han sido ignorados nuestros requerimientos en la sede del distrito de Sant Andreu” por lo que denuncian públicamente la falta de información facilitada, especialmente sobre el mal estado en el que se encuentran unos 30 caballos con los que el individuo supuestamente trafica ilegalmente, tal como han podido comprobar también los agentes de la URMA, la unidad regional de los Mossos d’Esquadra. Los agentes rurales que a petición de los departamentos de Agricultura y Medi Ambient han acudido a realizar las últimas inspecciones a finales del 2010, según la documentación a la que ha podido tener acceso La Vanguardia.es certifican el mal estado en el que se hallan todos los animales. Detallan que entre los desperdicios se pueden localizar una treintena de perros “la mayoría de ellos enjaulados” entre somieres en desuso, sin espacio para moverse, obligados a dormir y a estar tumbados entre sus propios excrementos “en una condiciones higiénico sanitarias muy deficientes”. Se observa igualmente que sólo disponen de agua sucia para beber y que como único alimento tienen pan seco “que alguien ha arrojado sobre sus heces”.

El informe detalla igualmente que el único techo con el que cuentan los animales está formado por placas de hojalata colocadas de forma precaria que en ningún caso “garantiza el cobijo y el sobrecalentamiento excesivo en los meses de calor”. Sobre la procedencia de los animales, entre los que también hay numerosas gallinas, los rurales añaden que no disponen de cartillas sanitarias, ni se les realiza control veterinario alguno. No están esterilizados ni se les aplica ninguna medida de cría. Sólo tres de los treinta perros están microchipados y ninguno está censado. Por todo ello, el Cuerpo de Agentes Rurales considera “necesaria la intervención del Ajuntament de Barcelona” atendiendo a la Ley de protección de los animales.

El consistorio barcelonés ha confirmado que todas las denuncias recibidas al respecto han seguido su tramitación, por lo que ahora el individuo se enfrenta a varios expedientes sancionadores impuestos desde distintas instancias de la administración. Aseguran que la chatarrería carece de licencia de actividades y que se han presentado requerimientos para su desalojo y para mantener a los animales en buenas condiciones hasta que no se proceda a su decomiso. Al comerciante se le acusa de vulnerar la normativa que impide tener grandes núcleos zoológicos en zonas urbanas. Las mismas fuentes admiten no obstante el problema que supone ahora para la perrera municipal dar cobijo a unos 40 animales estando en obras. Caso aparte son los caballos, de los que FAADA ya ha pedido hacerse cargo.

La vanguardia.es
15-02-2011

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