La pacificación de Gran de Sant Andreu, encallada

El desacuerdo entre vecinos y comercio frena una reivindicación endémica en el barrio | La AVV quiere introducir cambios de sentido para que no sea un corredor hacia el centro | Los comerciantes temen perder ventas, ya muy bajas por la crisis

Meritxell M. Pauné

Sant Andreu vive un nuevo episodio en el debate eterno sobre el tráfico rodado en la calle Gran. La arteria histórica del barrio y epicentro comercial ha reducido paulatinamente su función de corredor viario, pero todavía no lo suficiente. Los coches, camiones de reparto y buses que circulan por su único carril en dirección al centro de la ciudad generan molestias en parte del vecindario, que querría priorizar al peatón en todo el casco antiguo.

La asociación de vecinos de Sant Andreu de Palomar ha planteado de nuevo esta reivindicación al Distrito, tras el fracaso fáctico de las pilonas que debían cortar la calle Gran cada sábado. “La pilona no termina nunca la jornada, no funciona bien y tiene que acabar viniendo la Guàrdia Urbana a bajarla y reabrir el tráfico”, lamenta Jordi Rabassa, miembro de la AVV y de la comisión vecinal que trata el tema. Este grupo lleva dos años estudiando con urbanistas y expertos en movilidad cómo reducir el tránsito en esta calle sin impedirlo por completo, puesto hay muchos garajes privados en la zona y las tiendas necesitan realizar labores de carga y descarga cada día.

La solución que proponen es cambiar algunos tramos de sentido, desde Mossèn Clapés hasta Pare Manyanet, para que no sea posible cruzar todo el barrio de un tirón a través de esta calle. Calculan que así reducirían notablemente el número de vehículos diarios sin impedir a los vecinos aparcar su coche, coger el autobús o pedir un taxi. “Queremos eliminar los coches que están de paso, los que van hacia plaza Catalunya y eligen la calle Gran solo porque desde las Rondas les resulta más cómoda que Meridiana o Soldevila”, concreta Rabassa.

La entidad ha llevado a cabo una campaña divulgativa de su propuesta, con el reparto de más de 8.000 flyers por los buzones del casco antiguo, tres reuniones presenciales. También han convocado un concurso de logotipo y lema, que han ganado Sarai Risueño y Marina Montonya respectivamente. Así, desde el 31 de enero la campaña lleva por nombre Tot passejant per Sant Andreu y la representa un diseño en verde y negro que evoca a un vecino caminando ante la silueta del barrio. Rabasa asegura que los vecinos que han asistido a las charlas “se han mostrado muy favorables”, pero reconoce que la principal dificultad es convencer al Eje comercial.

“Inventos, pocos”
Los comerciantes no quieren ni oír hablar de más cambios en la calle Gran. Algunos sectores están pagando cara la crisis, con descensos de ventas de hasta el 60%. “Los clientes de fuera del barrio no superan el 15%, pero en estos momentos no podemos arriesgarnos a perderlos”, argumenta Pròsper Puig, presidente en funciones del Eix Comercial de Sant Andreu, tras la muerte de su conocido presidente y restaurador Josep Maria Solé. “No es el momento de probar cosas; ahora inventos, pocos”, pide. “Hay muchos otros sitios donde pasear”, insiste.

Puig, que regenta una tocinería, razona que los ejes comerciales periféricos tienen una lógica de movilidad propia: “Si no pasan coches, nadie nos verá”. “Ya han habido experiencias en este sentido, por ejemplo en el lado montaña de la Gran Vía, y han sido un fiasco, han perdido muchísimas ventas por el cambio de sentido del lateral”, ejemplifica.

Puig asegura que el propio Eje de Sant Andreu ha comprobado la relación entre coches y ventas cuando se han impulsado cambios de movilidad: “Las ventas ya cayeron cuando hicieron la zona 30 –limitación de velocidad en todo el casco antiguo– y cuando pasamos de dos carriles a un carril”. “Antes aún nos venía gente de Bon Pastor y de Concepción Arenal, por ejemplo, que aparcaban y compraban aquí. Pero ahora ya no vienen porque las plazas de aparcamiento se han reducido mucho y además estamos rodeados de centros comerciales con aparcamiento gratis, como La Maquinista o el Heron City”, añade.

Estudio previo del Ayuntamiento
La presión de la AVV, confirma su presidente, Genís Pascual, ya ha dado algún fruto. El Distrito se ha comprometido, dentro del Pla d’Actuació del Districte (PAD) -sin aprobar por no tener mayoría-, a realizar un estudio este mandato sobre la introducción de cambios de sentido en algunos tramos. Como el resto del PAD, la medida está a la espera de la aprobación de los Presupuestos municipales, para los que CiU por ahora no encuentra apoyos suficientes entre la oposición.

Vecinos, Distrito y comerciantes saben que si el estudio augura la más mínima pérdida de ventas, el plan puede caer irremediablemente en un cajón. Si el dictamen fuera favorable a la propuesta vecinal, los cambios de sentido tendrían un calendario difuso. La AVV propone implantarlos cuando terminen las obras del AVE y se abran los viales de circulación cercanos a las vías de tren, por lo que, visto el retraso que lleva la estación de La Sagrera, a la polémica pacificación de Gran de Sant Andreu le pueden quedar todavía algunos años.

La Vanguardia.com
20 de Febrero 2013

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