Una acequia milenaria en pleno Vallbona

El conde Mir ordenó la construcción del canal sobre un antiguo acueducto romano

PILAR GARCÍA
BARCELONA

Dieciseis frenéticos e interminables carriles de autopista, en frente de la estación de tren de Torre Baró y a escasa distancia de la del metro, dan la bienvenida a Vallbona a quien se deja caer en el barrio. Al otro lado del asfalto y del bullicio del tráfico, cuando el puente que los sobrevuela desciende, asoma el Rec Comtal. En este punto, las aguas del canal que rompe abruptamente con el frío paisaje anterior bañan a su paso la parte trasera de un grupo de casas. El ruido de los coches queda atrás y, si se afina el oído, el graznido de los patos que nadan en la acequia hace el paseo más agradable.

Junto a las casas 8 Tramo del Rec Comtal en Vallbona. Junto a las casas 8 Tramo del Rec Comtal en Vallbona. archivo / EDWIN WINKELS

La construcción del Rec Comtal, una conducción de agua del río Besós desde Montcada hasta Barcelona, se atribuye al conde Mir (954-966). De ahí su nombre inicial, Rego Mir. «El nombre se ha conservado en la calle del Regomir, en Ciutat Vella, que iba hasta la desaparecida puerta del Regomir», explicaba el desaparecido Francesc Pujol en el libro Relligant Nou Barris. Las aguas que llegaban a Barcelona «a través del viejo acueducto romano, bastante maltrecho, prácticamente se perdían», narra, por su parte, Francisco Rivas en El abastecimiento de agua a Barcelona desde sus orígenes.

Cultivos, harina y tejidos

El conde decidió «transformarlo en una acequia para fertilizar los campos y como fuerza motriz para mover las pesadas ruedas de los molinos», apunta Rivas en su libro. Durante el siglo XI, se la conocería como Rego Molinario. En 1458, se habrían establecido, mencionaba Pujol, 15 molinos a lo largo del Rec, 13 de ellos harineros y dos traperos (en los que se aprestaban o encurtían telas, paños recios y otros tejidos).

Con un recorrido de más de 12 kilómetros, entraba por Vallbona, atravesaba las fértiles tierras de Sant Andreu y Sant Martí y pasaba por las calles del Rec Comtal, Basses de Sant Pere, Sèquia, plaza de Sant Agustí, Tantarantana, Blanqueria y Rec.

El canal jugó un papel clave en el desarrollo industrial de Barcelona entre 1778 y 1822. Sus aguas fueron utilizadas «por buena parte de las fábricas de indianas instaladas en la zona», relata Manel Martín en El rec comtal (1822-1879). La lluita per l’aigua a la Barcelona del segle XIX. «El censo de 1768 constaba de 22 fábricas y nueve se encuentran con toda claridad ubicadas al lado del Rec», relata.

Josep Maria Babí, del Archivo Histórico de Roquetes, destaca que, a partir de mediados del siglo pasado, con la expansión de los barrios y el cubrimiento de la acequia, «el agua estaba muy contaminada por los vertidos de las fábricas». Ya en desuso, el tramo de Vallbona pegado al casco urbano permanece al descubierto y «tocando al margen de la línea de ferrocarril Barcelona-Girona- Portbou, una parte del Rec se integra en el parque situado frente a la plaza Primer de Maig y sigue su curso paralelo a las vías del tren hasta llegar a Montcada, donde se vuelve a soterrar», explica el historiador Ricard Fernández. Subraya la importancia de la acequia como «un elemento patrimonial y signo de identidad de Vallbona», que los vecinos reivindican. «Todavía algunos niños se bañan en ella en el límite con Montcada, en una zona rodeada de vegetación», apunta. Y algunos cultivos continúan todavía aprovechando su agua. La misma que probablemente bebieron los animales de la granja de la cocina del Ritz que en la primera mitad del siglo pasado estaba en el barrio de Vallbona. Pero esa tal vez sea ya otra Historia de…

El Periodico.com
03-11-2011

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